domingo, 7 de noviembre de 2010

Los celulares que se tiran a la basura

Los celulares que se tiran a la basura

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Nace una nueva fuente de contaminación: los celulares que se tiran a la basura

En todo el mundo hay más de 1.000 millones de teléfonos móviles. Más del 10 por ciento funciona en los EE.UU.. Esto implica que, cada año, van a parar a la basura 65 mil toneladas de aparatos, baterías y cargadores.



La pasión de los norteamericanos por los teléfonos celulares sigue en aumento y, con ella, los efectos negativos sobre el medio ambiente. Según cifras de la industria, entre 1985 y 2001, el número de celulares habilitados en los Estados Unidos pasó de 340 mil a 128 millones. En promedio, cada teléfono tiene una vida útil de 18 meses, dato que preocupa a los ambientalistas atentos al crecimiento del volumen de deshechos contaminantes. Según estima un informe de la organización ambientalista Inform (www.informinc.org/cellphone.htm), en 2005 se tirarán a la basura 130 millones de celulares sólo en los EE.UU.. Contabilizando los teléfonos, las baterías y los cargadores, eso se traduce en unas 65 mil toneladas de residuos peligrosos más por año. Porque aunque es cierto que algunos aparatos serán abandonados en algún cajón donde permanecerán años, la mayoría irá a parar a diversos rellenos sanitarios o será incinerada.







“Esto se está convirtiendo en un verdadero problema, porque la cantidad de celulares descartados crece terriblemente”, dijo Eric Most, director del programa de prevención de residuos sólidos de Inform, una organización independiente que controla los efectos del mercado sobre el medio ambiente y la salud. “Estas sustancias químicas se acumulan en el medio ambiente, transfiriéndose a la tierra, el agua, las plantas, los animales y, finalmente, al hombre”. La amenaza que representan los celulares que se tiran a la basura no se limita a las fronteras estadounidenses: en todo el mundo hay más de 1.000 millones de celulares funcionando, y Japón y varios países europeos ya están presionando a sus fabricantes para que dejen de emplear productos químicos tóxicos. Los investigadores de Inform sugieren la implementación de programas de descuentos en los teléfonos nuevos para aquellos clientes que entreguen sus equipos viejos.



“Si los productores tuvieran que recibir de vuelta sus propios celulares, se verían incentivados a fabricar aparatos más fáciles de reciclar. Australia tiene un programa nacional de devolución y Europa está a punto de forzar a las compañías a aceptar sus propios teléfonos. Lo mismo deberían hacer los EE.UU.”, dijo Bette Fishbein, economista y coautora del estudio de Inform. Algunas compañías, entre ellas Verizon y Sprint, ya tienen sus propios programas de devolución, pero el principal grupo de la industria, la Cellular Telecommunications and Internet Association (CTIA), se opone a la puesta en marcha de programas obligatorios. En lugar de exigir que los fabricantes descarten los celulares usados, “la CTIA prefiere que los teléfonos viejos sean derivados a obras de caridad o se revendan en países menos desarrollados”, dijo Travis Larson, vocero del grupo.







Algunos estados norteamericanos ya tomaron distintas medidas para promover la reutilización de los celulares en desuso. Un programa financiado por el gobierno en Maryland, por ejemplo, junta celulares usados que, después de ser reciclados y/o reprogramados, se ceden a personas mayores para que, en caso de necesidad, puedan llamar a los números de emergencia. “La recuperación de los celulares es mucho más importante en otros países y, muchas veces, cuenta con la cooperación de los fabricantes y los distribuidores”, dijo la Environmental Protection Agency, que trabaja junto a Inform en un estudio sobre reutilización de celulares. Por su parte, Fishbein opinó que “los fabricantes deberían estandarizar sus productos para que los consumidores tengan menos razones para comprar teléfonos nuevos”. Pero la industria, que está decidida a achicar el uso de materiales tóxicos, se oponen a contraer obligaciones: “La competencia es sinónimo de innovación”, argumento Larson.



Por Anahad O’Connor - The New York Times






Autor: vatog
http://bajarcelular.blogspot.com/

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